Con esta exposición celebramos la obra de Eduardo Úrculo. Un auténtico viaje que discurre a través de la provocación de lo imaginario, de un universo estético en tránsito, siempre dialogando con la propia vida. El artista es un espectador de la existencia que contempla desde el clasicismo academicista de lo sugerido. Su viaje es un enigma, un nuevo modo de percibirlas cosas, un secreto misterioso y hedonista que transita desde el expresionismo, pasando por la abstracción hasta el pop, combinando técnicas y narraciones con la misma libertad que un espectador anónimo.

El artista es un testigo del casticismo de lo popular, del dolor y del sufrimiento, de la metáfora de la vida. Úrculo es un salvaje, un bon vivant anárquico que deja de preocuparse por los contratiempos y disfruta del viaje. Un viajero que discurre ligero para que la vida escape de él y se muestre sin prejuicios ni estrecheces. Porque su cabeza ha visto la luna brillar, ha descansado sobre almohadas mullidas y ha gozado del placer de la belleza. Solo los que vagan encuentran caminos y Úrculo ha huido de la mortalidad para demostrar que la aventura merece la pena.

Dra. Alicia Vallina

Comisaria de la exposición