En memoria de Fernando Fueyo

En memoria de Fernando Fueyo

La gente que formamos parte de la Asociación Cultural Amig@s de As Quintas no podemos dejar pasar la muerte de nuestro entrañable amigo Fernando Fueyo sin hacer expresión, no ya de nuestro profundo dolor, sino de nuestra admiración y respeto por una persona y un artista que ha sido especialmente querido en nuestra “casa”.
Tenemos que recordar y aprovechar el título de su exposición en As Quintas, “La esencia de las cosas”, para poder explicar que, además de la perfección técnica, la precisión, la utilización magistral del color, o los perfectos acabados de sus obras, el resultado final consigue, eficazmente, mostrarnos la esencia de las cosas, de “las cosas” en su sentido más amplio, las “cosas” que formamos parte de ese gran universo natural y social que Fernando Fueyo sabía entender y expresar como nadie.
A modo de ejemplo, habíamos podido disfrutar de su serie de dibujos africanos, aparentemente simples, mínimos, austeros pero capaces de producir el milagro de, con tan poca cosa, captar la esencia de África, de sus pueblos y de sus gentes: la luz, el color, el movimiento, la presencia, la dignidad, el poder expresivo en cada protagonista en cualquiera de los dibujos, y siempre el respeto. Nada tan lejos de los estereotipos que nos acostumbran a mostrar sobre África.
Contemplar aquellos dibujos producía la misma sensación que leer a Kapuscinsky: la esencia y la verdad de África.

Esta Asociación piensa que estaba entre las cosas bien queridas de Fernando Fueyo, y tenemos la total seguridad de que si él lo sentía así era porque entendía que, en lo esencial, As Quintas y su proyecto merecen la pena.
No le olvidaremos, y queremos, durante un tiempo no determinado, mantener esta sencilla y emocionada expresión material en su memoria: Herminio no podía faltar y no podía eludir ese momento en el que la emoción dicta la creación: simple, sencillo pero también esencial y sublime, como era Fernando Fueyo.

Cuando el tiempo vaya transformando en nuestro pensamiento su recuerdo, y el dolor deje sitio al semblante amable y sonriente de Fernando, entonces nos quedará toda su obra para disfrutar un legado que es indeleble.